Los viajes GITT (Governmental and Institutional Travel and Tourism) están tan asimilados en el imaginario social que, prácticamente, no nos damos cuenta de que suceden constantemente a nuestro alrededor. Las visitas de ministros, presidentes o expresidentes, miembros de la realeza, etc. están a la orden del día, tanto en la realidad como en la ficción que constantemente consumimos en series, películas, novelas, etc. Ello hace que no seamos conscientes de la cantidad de requerimientos y características especiales que rodean a estos desplazamientos; tanto de seguridad, como de protocolo y otros tipos.
¿Qué ejemplos podemos encontrar?
Para justificar nuestra afirmación, pondremos algunos ejemplos. La película “Objetivo: Londres” (“London has fallen” en su título original), es una de las mejores ficciones que muestran, con todo lujo de detalles, la complejidad de los viajes GITT. En ella, se produce un gran número de desplazamientos de jefes de Estado de varios países del mundo a Londres, con motivo del funeral de Estado del Primer Ministro británico. Se pueden apreciar situaciones tan características de estos viajes como son las reuniones preparatorias de los anfitriones (comité conjunto de seguridad), como de las delegaciones invitadas (fase de consideraciones previas) en las que se habla de la información recabada por los equipos de avanzada, entre otras cuestiones.
Pero aún hay más; la película también muestra las diferentes operativas de desplazamiento del día en el que se celebra el Funeral de Estado. Aparecen escenas tan habituales de los viajes de Gobiernos como la recogida en pista de un presidente al llegar a un aeropuerto, el traslado en helicóptero hasta el lugar en el que se iniciará el motorcade que lo traslade hasta la catedral en la que tendrá lugar el acto, el traslado en barco de otro jefe de Estado por el río Támesis, las impresionantes medidas de seguridad desplegadas en la ciudad (francotiradores, calles cortadas, policía a pie, a caballo, en vehículos…), los anillos de seguridad que rodean a los VIPs de la Delegación, y un largo etc. Además, en este film, podemos ver también qué ocurre cuando la seguridad de los VIPs se ve comprometida y los equipos y anillos de seguridad se activan. En resumen, se trata de una película en la que se pueden ver, a la perfección, todos los detalles, sobretodo referidos a seguridad, que lleva consigo un viaje GITT.
Con el protocolo hemos topado…
Pero también encontramos escenificaciones sobre detalles GITT en otras ficciones, como por ejemplo en la serie de Netflix “The Crown”, en la que, en el capítulo 8 de su segunda temporada, se describe un encuentro histórico: la visita del presidente estadounidense J.F. Kennedy, acompañado de su esposa, la Primera Dama Jacqueline Kennedy, a la Reina Isabel II y su consorte, el Duque de Edimburgo. En este episodio, se ven representados unos requisitos más orientados al protocolo en el sector GITT; o más bien, a los errores en el mismo que se producen durante el encuentro. Esto es algo mucho más común de lo que puede pensarse en este tipo de reuniones, ya que las diferencias culturales y, por lo tanto, en la forma de relacionarse, de los distintos representantes de los países, puede llevar a errores, confusiones o equivocaciones que, en ocasiones, provocan más de un dolor de cabeza a los jefes de protocolo de las distintas delegaciones.
Cuestiones como el lugar a ocupar durante la cena, el tratamiento hacia la reina o las reverencias, se pueden observar a la perfección durante los casi 58 minutos que dura el capítulo. Pero sin duda, la escena que más llama la atención, tiene lugar cuando, en el palacio de Buckingham, durante la recepción por parte de la reina Isabel II al Presidente y la Primera Dama, no se respeta la jerarquía por la cual, el presidente Kennedy es, salvando las diferencias, el homólogo como Jefe de Estado, de la reina Isabel, por lo que son ellos dos quienes deben saludarse en primer lugar, dando paso después a los consortes. Lo curioso es que esto no ocurre así en la ficción, sino que, el presidente Kennedy, haciendo un despliegue de cortesía y caballerosidad hacia su mujer, le da paso a ella para que salude en primer lugar a la Reina y, después de los saludos, le cede el paso a ella de nuevo, para que vaya, acompañada de la Reina, hacia el salón donde se celebrará la cena. Se entiende que, por las costumbres de la época, esto era lo normal entre personas de a pie, sin cargos ni roles institucionales o gubernamentales, pero estas reglas cambian al tratarse de dos figuras que representan a sus países como Jefes de Estado, lo que los equipara, y conlleva que deban tratarse el uno al otro como tal, independientemente de su género o de las normas de cortesía del momento.
¿Viajes GITT dentro de las fronteras del país representado?
Además de estos dos ejemplos de ficciones que retratan la realidad GITT, podemos nombrar muchos otros, como, por ejemplo, algunas escenas de la película “A la sombra de Kennedy” (“JBL” en su título original), donde se pueden ver, al principio de la misma, escenas propias del sector de los viajes de gobiernos y grandes instituciones, como la llegada del presidente Kennedy a la ciudad de Dallas, en Texas. Aquí se identifica un viaje GITT intra-fronteras, ya que en esta modalidad de viajes se incluyen todos aquellos desplazamientos que realizan los miembros de gobiernos e instituciones a cualquier lugar, ya sea dentro o fuera de las fronteras del país al que representan.
Como ya se ha comentado, existen numerosos ejemplos, en la ficción, de viajes GITT. En este artículo hemos querido ejemplificar algunos de ellos, pues la identificación de los mismos, cuando se reconocen sus características especiales, es bastante sencilla, precisamente, por lo peculiar y característico de las mismas. El elevado nivel de seguridad, las exigencias de protocolo y otras muchas particularidades, se representan a la perfección en series, películas y novelas, por lo que acercan al gran público a todos aquellos detalles de los desplazamientos de gobiernos y grandes instituciones a nivel global que, a veces, pasan desapercibidos.