Los viajes que los gobiernos y grandes instituciones realizan en el marco de sus relaciones internacionales, poseen una dimensión, y gozan de un dinamismo, con un alto impacto positivo a nivel económico y social.
Ejemplos claros de cómo estos viajes mejoran el posicionamiento de los destinos –y provocan un efecto positivo en el resto de sectores del destino y de la región- lo encontramos con Davos (Suiza) que pasó de ser un destino turístico enfocado principalmente en los deportes de invierno, a ser a ser internacionalmente conocida y situada en el mapa por ser la sede del Foro Económico Mundial (World Economic Forum), también llamado 'Foro de Davos'. Pero no debemos entender este posicionamiento internacional solo desde un punto de vista de “conocimiento del destino”, ya que otras ciudades con posicionamiento –y situadas ya en el mapa por ser grandes capitales- como puede ocurrir con Madrid (España) y Adis Abeba (Etiopía), han visto aumentado su posicionamiento internacional, económico, social y turístico por el efecto positivo de la celebración de la COP25, en el caso de Madrid, o por ser la sede de la Unión Africana, en el caso de Adis Abeba.
Destinos como Detroit (EEUU), o la ya mencionada capital de Etiopía Adis Abeba, están sabiendo beneficiarse de la realización de este tipo de eventos para generar una nueva perspectiva de mercado, ya que la acogida, ejecución y desarrollo de este tipo de viajes, y de los eventos asociados a los mismos, así como la implantación de políticas que fomenten su realización, generan un alto interés turístico, económico y social, entre otros aspectos.
La citada ciudad de Detroit, en siete años, ha experimentado un crecimiento histórico, pasando de declararse en bancarrota en el año 2013 a posicionarse como una de las ciudades con mayor proyección en los Estados Unidos durante 2019, gracias a la implicación de sus autoridades que idearon un sistema de gestión que consiguiera hacer a la ciudad resurgir de la manera más rápida y efectiva posible. Esto ha provocado un incremento de viajes, incluyendo aquellos de carácter gubernamental e institucional, y por tanto incrementando la celebración de eventos, cumbres, foros internacionales, etc.
En el caso de Adis Abeba, su designación como sede de la Unión Africana ha permitido que, a través de una planificación estratégica adecuada, se impulse el destino, abriéndose paso en una zona en vías de desarrollo y potenciando la creación de infraestructuras logísticas, de servicio y de comunicación.
El papel que juegan los destinos como gestores del espacio en el que se desarrolla una cumbre o foro internacional, potencia la imagen que de ellos se proyecta en el mundo. El impacto de esta actividad viajera, que posee una amplia dimensión y goza de un dinamismo propio, aporta a los destinos una nueva perspectiva de mercado, generando un alto interés turístico, económico y social, que posiciona a las ciudades dentro del mapa. De esta manera, se multiplican los motivos por los que las ciudades que acogen viajes gubernamentales e institucionales, enmarcados dentro del nuevo sector Governmental and Institutional Travel and Tourism (GITT), son una fuerza de crecimiento para los propios destinos, consiguiendo que se desarrollen a nivel local y refuercen su presencia dentro del plano internacional.